El actor Pablo Pineda se convirtió en la primera persona con síndrome de Down en ganar premio internacional de cine.
Haciendo historia, como es ya su costumbre, el actor Pablo Pineda se convirtió el sábado en la primera persona con síndrome de Down en ganar la Concha de Plata del Festival de Cine de San Sebastián, que se entrega al mejor actor.
Junto a la actriz española Lola Dueñas, que obtuvo el galardón a la mejora actriz, Pineda protagonizó la película Yo, también , de los debutantes Álvaro Pastor y Antonio Naharro. La cinta trata de una mujer solitaria que encuentra el refugio que buscaba en un joven con síndrome de Down.
"Mis padres tenían dudas de si yo podía hacer la película, de si yo podía actuar. Hicimos la prueba, me gustó. Y yo dije ‘yo quiero hacer la película, porqué no la voy a hacer", dijo Pineda a la cadena española Telemadrid, durante el rodaje de la película.
Para muchos, la historia de 'Yo, también' es considerada como la historia verdadera de Pineda, al menos basada en ella.
Mucho más. Además de buen actor, Pineda es, a sus 35 años, la primera persona con síndrome de Down en tener una titulación universitaria en España y el primer actor con un síndrome de este tipo en conseguir un premio internacional de cine.
Pineda es diplomado en educación especial y estudiante de psicopedagogía. Él trabaja en Málaga, España, en un programa de inserción laboral.
“El principal obstáculo que tenemos las personas como nosotros es que siempre debemos demostrar la capacidad que tenemos para hacer las cosas, convencer al que está al lado”, dijo Pineda durante un Congreso de Síndrome de Down realizado en su país.
Para Pineda, una clave de superación es “saber en todo momento lo que quieres hacer y tener autoestima para no convertirte en marioneta de nadie, y después mucha constancia y tenacidad para llevar ese objetivo a cabo”.
Otros casos. Pablo Pineda, cuyo galardón en San Sebastián no fue muy bien recibido por la prensa al ser considerado “políticamente correcto”, no es la primera persona con síndrome de Down en protagonizar una película, pero sí una de las pocas que forma parte de algún palmarés cinematográfico.
Un caso a recordar ocurrió este mismo año cuando el cantante del grupo La Excepción, Juan Manuel Montilla Langui , afectado por una parálisis cerebral que dificulta sus movimientos, conseguió el Goya al mejor actor revelación.
Otro reconocimiento que está en la memoria de todos es el de la actriz sordomuda Marlee Matlin, quien en 1986 recogió el Óscar a la mejor actriz por su papel en la película Hijos de un Dios menor .
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